d0084bEl experimento es muy simple; lo hacíamos en las clases de física del colegio secundario y lo refrescó el Premio Nobel de Economía y padre de la Economía del Comportamiento, Daniel Kahneman en esta conferencia (minuto 9:05).

Si ponemos tres baldes con agua a diferente temperatura y metemos la mano derecha en el balde más frio y la izquierda en el más caliente, para luego poner las dos manos dentro de la cubeta que queda con agua natural, a temperatura intermedia, ocurrirá una contradicción perceptiva porque la mano derecha, viniendo del agua fría sentirá la cubeta intermedia como si realmente estuviera caliente, mientras que la otra mano que acaba de salir del agua más caliente percibirá el mismo balde de agua natural, como si estuviera muy frío.

Lo que ilustra este ejercicio es que contrariamente a lo que predecía la microeconomía tradicional, no tenemos la capacidad de percibir niveles absolutos sino que la percepción es un fenómeno relativo. Simplemente nuestro cerebro fue diseñado por las distintas presiones selectivas de la evolución de nuestra especie,  para computar contrastes; cambios respecto del statu quo.

d0084c

(click al índice acá)

Por esta razón el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora la gente de la Universidad Di Tella  y que capta la “sensación térmica” que la población tiene sobre el estado de la economía, registra por estos días niveles cercanos a los máximos desde que se comenzó relevar, en marzo del 2001.

Repasemos juntos su evolución

El índice cae gradualmente,  de la mano del deterioro de la situación económica que se produjo en el 2001, hasta septiembre del 2002 y se recupera espectacularmente en octubre de ese año, cuando el dólar se estabiliza y con él la economía comienza a transitar el camino de recuperación.d0084d

Entre mayo y junio del 2003, gracias a la expectativa del nuevo gobierno se observa uno de los crecimientos más notables del indicador, que desde entonces oscila en valores altos hasta la fuerte caída producto del conflicto con el campo primero (2008), y de la crisis financiera internacional luego (2009).

Pasada la devaluación del 2009 la confianza vuelve de manera gradual y creciente para hacer pico nuevamente en septiembre del 2011, pleno auge del alto consumo y el dólar barato

Desde entones muestra dos caídas abruptas; la primera en diciembre del 2011, cuando se establece el cepo al dólar y la última y más significativa de toda la serie (incluso más profunda que la del 2001), en febrero del 2014, luego de la fuerte devaluación de la moneda.

La recuperación subsiguiente, también se explica por el contraste entre  la enorme incertidumbre post devaluación y la estabilización del billete verde,junto con la posterior profundización del atraso cambiario, similar al experimentado entre 2009 y 2011.

Hoy la confianza está nuevamente en valores similares a los que mostraba en los dos auges económicos anteriores (2003-2006) y (2011-2012), aunque la economía está estancada, con alta inflación, en parcial default, con déficits gemelos y con un dólar insostenible.

Esto prueba que la utilidad de los consumidores no depende del nivel absoluto de las principales variables económicas, sino que refleja la característica comparativa de nuestro sistema perceptivo, que funciona contrastando situaciones.

También demuestra que en Argentina la variable clave para formar expectativas es la evolución (y no el nivel) del dólar.