UNIDOS, JAMÁS IBAN A SER VENCIDOS. PERO LO FUERON. IMÁGENES Y REPRESENTACIONES, LADRIDOS Y POSIBILISMO. ¡PIÚ AVANTI!

Cuando me sumé a la política activa, hace prácticamente cinco meses, la expectativa de máxima era poder sacar 50% en la Ciudad de Buenos Aires y la expectativa de ganar la provincia de Buenos Aires era una utopía, incluso hasta pocos días antes de las PASO. Recuerdo el acto de cierre antes de las PASO, conversando con el resto de los candidatos: creo que era el único que estaba entusiasmado con la posibilidad de ganar la provincia. Incluso gente con mucha experiencia en ese distrito me decía que era imposible ganarle al peronismo todo junto. Y le ganamos al peronismo todo junto.

Después también pensé que iban a achicar la diferencia, porque iban a poner toda la carne en el asador y porque objetivamente había votado menos gente en distritos que son favorables para ellos. Por ejemplo, en la tercera sección electoral era esperable que, con una mayor concurrencia, mejoraran la elección. Incluso era esperable que pudieran remontar y ganar, pero no les alcanzó. Y ganamos la provincia de Buenos Aires.

El peronismo hizo la peor elección de su historia: nunca el peronismo unido –cuando sumamos todas las vertientes del peronismo– sacó menos votos que los que sacó ahora y tampoco en la provincia de Buenos Aires. Es la peor elección de la historia del peronismo también en la provincia de Buenos Aires, con lo cual el balance es muy positivo. De mantenerse estos resultados –las elecciones luego se provincializan en algunos casos y se desdoblan–, las diferencias son tan brutales en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, que todo hace pensar que podemos recuperar esas provincias. Incluso la diferencia sacada en La Pampa, por ejemplo, nos hace soñar con La Pampa también. Y algunas provincias del sur también podrían estar a tiro de ser ganadas. Entonces, el panorama es realmente alentador.

Hay otro factor fundamental: acabamos de elegir a la mitad de los diputados con los cuales vamos a gobernar a partir de 2023. Cuando Macri llegó a la presidencia en diciembre de 2015 tenía 86 diputados. Nosotros estamos discutiendo ahora si quedamos con 116 o con 117. Y con seguridad, de tener una buena performance dentro de dos años, vamos a estar arriba de los 120 diputados. Es una elección extraordinaria. Inclusive nos deja mejor esta elección en el Congreso que lo que veníamos a defender. Y defendíamos la elección de 2017, que había sido otra elección extraordinaria. Pero quedamos mejor en Diputados y ampliamente por arriba en el Senado.

Hechas las salvedades por la positiva, yo creo que el peronismo va a ser un rival muy difícil dentro de dos años. Primero, creo que si no explota la interna política entre ellos, la economía va a estar incluso un poco mejor el año que viene. Y eso porque se combina la expectativa del cambio a favor nuestro, que paradójicamente favorece al Gobierno, porque mejora la confianza de la economía hacia adelante. Y en segundo lugar, no se necesita mucho para tener un año mejor que 2021. Solamente con que puedan volver a abrir el transporte, la gastronomía y el turismo, sectores muy golpeados por la pandemia, ya mejora el contexto. La verdad es que la economía va a estar mejor el año que viene.

Al mismo tiempo, el peronismo, presuntamente y razonablemente, va a tratar de trabajar para recuperar la provincia de Buenos Aires, con lo cual yo creo que hay una ola de cambio que va a ser imposible de parar hacia 2023 en el total global. Creo que les vamos a ganar a ellos en 2023, creo que vamos a recuperar Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba y, con alguna posibilidad, podemos tener alguna sorpresa, por ejemplo La Pampa. Pero creo que la provincia de Buenos Aires es muy difícil, es una apuesta muy difícil si no tenemos algún proyecto claro, que tenga que ver con estudiar bien quiénes fueron los que no están yendo a votar y cómo ir a buscarlos. Necesitamos un trabajo territorial mucho más grande porque nos vamos a enfrentar contra un monstruo y va a ser muy difícil de ganar la provincia en un contexto en el que mejore, o se perciba que mejore, la situación del país.

Por último, y porque tampoco se me escapan las tensiones hacia adentro de Juntos por el Cambio: si no nos rompimos en 2019, después de haber perdido, mucho menos nos vamos a romper ahora. Y hay aspiraciones legítimas. Esto es interesante: nunca hubo en toda la historia política argentina, ni en el peronismo tampoco, una elección presidencial con seis candidatos competitivos en un espacio. Nosotros tenemos al menos seis candidatos competitivos –sin contar a los gobernadores– que podrían aspirar legítimamente a una presidencial dentro de las PASO y creo que tenemos que aprovechar esa tecnología, que es la que nos permite dirimir los conflictos a nosotros y agrupar. Seguramente habrá cruces, habrá fórmulas cruzadas, porque el radicalismo va a ser un factor decisivo de desempate o, si persiste la intención de que haya más de una candidatura por el lado del PRO, probablemente el radicalismo, si tiene una sola, tenga chances de coronarse.

Entonces se viene un panorama muy interesante para nosotros, con muchas candidaturas. Nunca hubo tanta potencialidad de candidatos competitivos, y ese es un factor a favor: el peronismo va a tener que empezar a construir de cero un candidato que todavía no tiene.