El economista Martín Tetaz explica en qué consiste esta herramienta de negociación salarial.

 

Por Carolina Potocar

 

En la lucha de todos los comienzos de año entre empresarios, Estado y sindicatos en torno a las paritarias, hay una solución que desde gremios a economistas postularon como una buena opción cuando en el contexto pesó la inflación: las cláusulas gatillo.

Según el economista Martín Tetaz, su inclusión le da la derecha a los pedidos del Estado a las asociaciones sindicales y supone una garantía para cuidar el bolsillo del trabajador a largo plazo.

“La paritaria normalmente lo que busca son dos cosas: recomponer un salario en caso de que haya perdido poder adquisitivo el año anterior y asegurarse de negociar un sueldo que la inflación no licúe durante los doce meses por venir”, introduce el economista, autor de los libros Casual Mente y Psychonomics, en diálogo con Apertura.com.

Tetaz agrega sobre el tema: “La paritaria mira por el retrovisor y por el parabrisas, y cuando uno mira hacia atrás, en la negociación del año pasado los trabajadores salieron bien parados, ahora que mirar para adelante”.

El problema, dice Tetaz, es que el parabrisas de 2016 está sucio. “Todos los analistas dicen que habrá mucha inflación durante el primer semestre y que va a mermar en el segundo, pero ¿y si no pasa eso? ¿Y si sigue creciendo mientras yo me quedo en el molde y termina en un 35 por ciento?”, se pregunta, asumiendo el rol del sector sindical.

Una solución posible

Para el economista, si el gobierno quiere evitar la demostración de fuerza de los gremios, la salida está en ofrecer paritarias que incluyan una garantía para cuidar el salario de los trabajadores –principalmente del sector público– frente al riesgo inflacionario. “Una cláusula gatillo te permitiría cerrar la negociación en un 25 por ciento en dos tramos, y si la inflación supera ese porcentaje, disparar por ejemplo un 5 por ciento adicional”, explica Tetaz.

Así, si el aumento de precios superara el 25 por ciento anual, cada punto extra de inflación significaría un 3 ó 5 por ciento extra de suba salarial –cifra que, según Tetaz, debería ser definida en la negociación-. “La otra es desdoblar las paritarias y hacerlas devuelta en agosto, pero así también es como se repiten las marchas, y eso genera una conflictividad social innecesaria”, comenta el experto.

Por otra parte, el economista añade que la inflación que habría que tomar es la misma que están mirando ahora para la paritaria salarial de los docentes, es decir, la de las consultoras privadas e índices de provincias como Buenos Aires, San Luis y La Pampa.

Sobre el acuerdo logrado el pasado año, opina: “En 2015 la inflación cerró, entre las conclusiones de índices públicas y consultoras privadas, en un 28 por ciento. Las paritarias, en promedio y si uno mira el índice de salarios realizado por el Indec, lograron aumentos del 29,3 por ciento; entonces se ganó poco, pero algo se ganó”.

fuente: APERTURA