Fuente: ELDIA.COM

De acuerdo a un informe de la Asociación Civil “Luchemos por la Vida”, en promedio 21 personas mueren por día por culpa de accidentes de tránsito en nuestro país. Sumadas a las 7.885 víctimas fatales, unas 120.000 personas reciben heridas de distinta consideración. Sin embargo, los siniestros no impactan tanto en la opinión pública porque a diferencia de una caída de un avión o un choque de trenes, las víctimas perecen en cuentagotas, dispersas por la vasta geografía de nuestro país. Hoy le tocó a un amigo, un economista que se hizo famoso por bajarle a la gente de la calle, en el lenguaje de Cervantes, lo que muchos contamos de manera más técnica con términos quizás mas rimbombantes pero que nadie entiende.

DETRAS DE CAMARA

Ese es el Bulat que todos conocen, pero detrás de las cámaras Tommy era un tipo generoso que promovía permanentemente a colegas más jóvenes, de manera desinteresada. Cobraba honorarios jugosos por dar charlas a lo largo y a lo ancho de todo el país, pero cuando lo llamábamos de una Universidad Pública venía absolutamente gratis. Un tipo que no tenía lugar en la agenda no nos cobraba, e incluso en 2013 cuando lo invitamos a unas jornadas académicas en la facultad de Ciencias Económicas vino a La Plata con su propio auto y no nos aceptó ni los viáticos para la nafta y el peaje. Y sobre todas las cosas Tomás le daba a la sociedad una herramienta que nos ayudaba a entender y tomar mejores decisiones. El año pasado tuvo la grandeza de escribir el prólogo de mi libro y sobre el final dijo: “Siempre, mientras más entendemos, mejores decisiones tomamos. No son ni serán siempre las correctas, pero sí mejores. Todos buscamos en nuestra vida ser felices, lo cual depende ya no sólo del contexto, sino de cómo reaccionamos en ese contexto”. Luego abundó en algunas exageraciones sobre mi persona que le recriminé cuando le contesté el mail en el que me mandó su aporte. Le dije entonces que no las merecía, pero que estaba seguro de que la vida me daría la oportunidad de agradecérselas. Lamento profundamente que esta sea mi última chance. Obviamente, la vida de Tomás no tiene precio. Pero quiero aprovechar la envergadura que adquirió el accidente en los medios para que la tragedia sirva al menos para que seamos conscientes del costo de las políticas públicas negligentes, de la falta de inversión, de la cultura del no control. La gente de “Luchemos por la Vida” estima que la sociedad pierde por culpa de los accidentes unos 10.000 millones de dólares por año, contando sólo las pérdidas materiales y el lucro cesante. Todavía es muy prematuro para saber si el chofer se durmió, si el coche sufrió una avería, si el camión estaba parado, o si los surcos que produce la falta de mantenimiento de la ruta 9 en ese tramo fueron los culpables. En cualquier caso se trata de una muerte evitable. Viajo miles de kilómetros todos los meses dando charlas en distintos lugares de la Provincia y en algunas limítrofes como Córdoba y Santa Fe, cuando la distancia no amerita el avión. En general, el estado de las rutas es malo; hay pocas autopistas y bajo mantenimiento. En algunos tramos, como por ejemplo desde la ruta 7 a Pergamino, por Salto, o desde la 2 a Tandil, es un milagro que no se mate más gente por los cráteres que hay. Los controles tampoco se hacen con un criterio de seguridad; hay muchos radares recaudadores en los ingresos de los pueblos, donde la máxima es 40, pero nadie controla a los coches y camionetas de alta gama que se abren paso prepotentes haciendo luces a más de 150. Y ni hablar de los camiones y rodados más pequeños que circulan aunque no pasen una VTV del sentido común. Por suerte no es lo mismo en todos lados. Me tocó atravesar la ruta 7 de punta a punta, hace pocos días por vacaciones. El tramo de la provincia de Buenos Aires, sobre todo entre Junín y el límite con Santa Fe, deja mucho que desear. Córdoba tiene más mantenimiento. Mendoza y San Luis invirtieron en autopistas. No tengo los números, pero sería interesante saber cuál es la tasa de accidentes de cada provincia (cada 100.000 autos circulantes), para ver cuántos accidentes podemos evitar invirtiendo en infraestructura y seguridad vial.

PREOCUPACIONES

Para despedirnos de Tommy, tal vez la mejor manera de homenajearlo sea recordar un poco cómo pensaba. Le preocupaba, igual que a mí, el atraso cambiario fenomenal que hace que Argentina esté tan cara en dólares y que por lo tanto no seamos competitivos y nos cueste horrores generar divisas genuinamente a través del comercio. Y en el último reportaje que le hizo (creo que el viernes) Marcelo Longobardi, llamó la atención sobre la pesada deuda en dólares que estaba acumulando el Banco Central, por culpa del alquiler de reservas que significaba en la práctica el famoso swap de divisas con China. Pincha furioso. Defensor de la Universidad Pública. Amigo. Familiero. Me da bronca que no haya podido seguir divulgando y enseñando masivamente como lo hacía, porque cuando un pueblo sabe, tiene menos chance de sufrir las consecuencias de un gobierno incompetente.

Martín Tetaz